25.12.11

Miro el reloj...

y ¿adivinas que hora es?

Navidad



Realmente la canción no tiene mucho que ver con lo que a continuación voy a escribir, pero es una canción que me llena, me mueve, me anima a hacer las cosas bien. Para que os hagáis una idea, es la banda sonora de este momento de mi vida.

Hace dos días que no te veo y me parece una tortura. No logro recordar como, hace apenas 6 meses, lograba estar más de un mes sin ti, sin tus labios, ni tu sonrisa... Sin esa mirada que me hipnotiza más día a día.

Pasado mañana ya estoy allí, volviéndote a abrazar, volviendo a dormir con tu piel pegada a mi cuerpo... Y es que después de más de seis meses viviendo juntas, se me pasan las horas eternas si no estoy contigo.

Recuerdo un día de hoy, hace un año, en el que la situación era parecida... Tú estabas en Madrid, intentando poner las cosas en orden en tu mente, y yo aquí, muriendo por poder hablar contigo aunque sea sólo un segundo para que me dijeras un: "Estoy bien". Y ahora estoy casi que igual, lo primero que hago al despertarme es pensar en ti, e ir corriendo al ordenador a esperar que te conectes... Podría tirarme, como hacíamos entonces, hasta las ocho de la mañana con la Cam puesta, riéndonos de la vida e imaginando un futuro mejor, contigo... que tiempos, ¿no?

Te amo

17.12.11

Un añito

Todavía siento aquel primer roce de labios. Fue tan suave, tan efímero que si no llego a abrir los ojos a tiempo para verte separandote, hubiera jurado que era una ilusión, un espejismo. Pero no, ese beso existió, al igual que todos los demás que, hasta hoy nos hemos robado.
Te amo. Más que a nada. Siempre

7.12.11

A punto del final de año

Sobre tu ombligo, ahí esta mi boca, entre tus piernas, mi corazón. Entre tus brazos va mi cabeza. Tu huella está sobre mi pulmón. Sobre tu vida está nuestra historia. Sobre tu cuerpo está mi reglón y desde mis pies hasta mi cabeza está tu olor.
Sobre tu lengua está mi saliva. Tus brazos hacen de cinturón. Y de tus labios a mis caderas va resbalando tu corazón. Y duerme el mundo ¿y a quien le importa? que no hay relojes en tu colchón y entre tus labios y mis caderas solo me estorba el edredón